¿Por qué ensayos sobre IA (no AI) en español?
Y el porqué no la usé para escribir este artículo.

¿Por qué ensayos sobre Inteligencia Artificial?
La revolución está siendo absoluta en diagnósticos médicos, seguridad ciudadana, traducción simultánea, creación de imágenes y videos, el arte, la guerra, la construcción, la producción industrial, la literatura y muchos otros aspectos del mundo contemporáneo.
Por lo tanto, que la mayor cantidad de gente conozca sobre el tema y lo discuta, es fundamental para el buen direccionamiento de los desarrollos, objetivos y efectos de la IA en la humanidad (y cada comunidad). Entre más gente esté enterada, mejor, porque es un fenómeno que nos está impactando a todos, a cada paso da zancadas más largas y es cada vez más inteligente.
Cuando hablamos de Inteligencia Artificial, ¿de qué hablamos?

La IA se refiere al conjunto de sistemas computarizados que realizan tareas en las que la inteligencia humana es normalmente indispensable, como por ejemplo; escribir, dialogar, dibujar, sacar un maní defectuoso de una línea de empaquetado, componer una canción, saber si una persona está enferma con solo verle la cara, etc.
En otras palabras, aquello que define a la IA es el medio (sistemas computarizados) y el objetivo (realizar tareas que requerirían de inteligencia humana). Así pues, utilizar aprendizaje automático para identificar si una mamografía presenta indicios de que la paciente padece cáncer o utilizar un modelo de aprendizaje profundo para transcribir la grabación de una entrevista o utilizar transformers para identificar si un tuit va cargado de rabia o alegría, son solo algunos ejemplos de IA en acción.
La revolución es imparable

Para la muestra de un botón, apenas en 2017 se publicó el famoso artículo “Attention is all you need” (Atención es todo lo que necesitas) donde se presentó por primera vez el Transformer para análisis de texto, la arquitectura base de los grandes modelos de lenguaje (LLMs por sus siglas en inglés).
Desde entonces, la aceleración y las innovaciones han sido pasmosas: en 2018 salieron GPT-1 y BERT; en 2020 —plena pandemia— se escribió por primera vez en la historia una columna con AI para el periódico The Guardian; en 2022 salen ChatGPT y Gato, un modelo capaz no sólo chatear sino también de describir imágenes, jugar Atari y controlar el brazo de un robot; en 2023 salieron Llama, Claude 2, y Gemini capaces también de generar imágenes, audio y video (hay quienes dicen que hoy Gemini es “consciente de sí mismo”); en 2024 Sora y Veo 2 descrestaron a todos con su capacidad para generar videos con un realismo que asusta (dejé un video de ejemplo abajo).
Lo último, el modelo chino DeepSeek que hizo perder un billón (un trillion en inglés) de dólares de capitalización a la bolsa de Nueva York y 589 mil millones a Nvidia —la empresa de mayor valor bursátil en el mundo— en un solo día, porque fue capaz de llegar al mismo nivel de chatGPT ofreciendo sus servicios por un precio 40 veces más bajo. En resumen, pasa demasiado en poco tiempo y el cambio es cada vez más rápido.
¿Por qué en español?
Escribir los ensayos en español es fomentar la curiosidad, la discusión y la ciencia en los países de habla hispana. Significa hacer presencia en una escena dominada por angloparlantes y chinos; mostrar que somos capaces de contribuir a este campo revolucionario y que nuestro pensamiento es importante.
Que no somos espectadores pasivos llamados a sufrir inermes las consecuencias de lo que sucede al otro lado del charco esperando el turno para entregarle el puesto de trabajo a un programa de computadora, sino que por el contrario somos pueblos orgullosos con personas pensantes, brillantes, curiosas y sobre todo conscientes de lo que está ocurriendo en la esfera global.
Más aún, creo importante recalcar que además de ser el español la lengua materna de 500 millones de personas y la segunda lengua de otros 80 millones. El potencial económico de los países hispanohablantes es vastísimo, tanto es que si sumáramos el PIB de todos los países hispanoamericanos (excluyendo a Brasil y demás países que no hablan español) nos daría un PIB de 4.5 billones de dólares, mayor que el de la India —la quinta economía más grande del mundo— teniendo 1,000 millones de habitantes menos, una grandísima diferencia.
Por tanto, los hispanohablantes no deberíamos desperdiciar la oportunidad de participar en la principal carrera del siglo XXI. Pero para eso debemos procurar que quienes entiendan del tema compartan su conocimiento de una forma que sea digerible, de tal forma, que no se necesite hacer una maestría en ciencia de datos para poder hablar de IA.
Por supuesto que no pretendo que lleguemos al punto en que todos distingamos la diferencia entre Aprendizaje Supervisado y No Supervisado ni que todos seamos capaces de describir una Red Neuronal, pero al menos lleguemos todos a comprender conceptos fundamentales —como lo expliqué más arriba— y poder tener una respuesta clara cuando nos pregunten, ¿qué es (y qué no es) IA?, ¿qué es Aprendizaje Automático? O bien que cuando se nos hable de Transformers no pensemos directamente en Bumble Bee y Megan Fox.
La meta, que podamos tener una conversación colectiva que nos acerque a tomar decisiones acertadas.
Al fin y al cabo, en una democracia el poder soberano mana del pueblo, que lo delega en sus representantes políticos y demás oficiales del estado para que dirijan al país. Por eso, el rumbo de los países es, en últimas, responsabilidad de su propia gente junto con sus certezas, creencias e ignorancia.
En este sentido, una ciudadanía informada se puede dar a sí misma un país más próspero, más justo y más seguro que una ciudadanía ignorante y manipulable. Y mi posición es que si no prestamos atención a este tema tan evidentemente importante vamos a caer víctimas de lo que podría convertirse en el arma de manipulación y destrucción más potente de toda la historia.
En cambio, si prestamos la suficiente atención e interés podríamos ser capaces de utilizar la que podría ser la más grande herramienta para el avance de la sabiduría, la prosperidad y la paz de todos los tiempos. Está en nosotros escoger.
¿Por qué no usé ni pienso usar IA en mis ensayos?
Primero, porque los ensayos son para mí ejercicios de aprendizaje, en donde pruebo mi capacidad para articular mis ideas sobre un tema complejo con coherencia. Al escribir mis pensamientos con mis propias palabras puedo darme cuenta (o tú que me estás leyendo) de si realmente entiendo lo que estoy tratando de decir o si es que hay vacíos en mi lógica.
Quizá la IA puede escribir mejor que yo (el quizá es retórico porque, de hecho, sí puede) al estilo de Borges o García Márquez, pero no sería yo, lo que no tendría sentido para mí mismo.
Segundo, porque veo en este espacio una oportunidad de comenzar la discusión colectiva de la que hablé más arriba. Quiero que sea una conversación dinámica en la que cada mes se introduzca un tema nuevo para discutir con mis lectores. En ese sentido, si no soy yo el que escribe el artículo el diálogo no sería conmigo ni alrededor de mis reflexiones, lo que tampoco tendría sentido para mí.
Tercero, porque hoy día estamos frente a un reto al que no se había enfrentado ninguna generación antes. El reto de distinguir si algo es de autoría humana o de inteligencia artificial.
Cada vez más vamos a encontrarnos con literatura, fotos, música, etc. De cuya autoría no vamos a poder estar seguros de si es humana o IA, lo que plantea problemas éticos enormes (que dan para otro artículo). No quiero que mis lectores pasen por esa incertidumbre, por el contrario, quiero que de entrada sepan que es un ser humano de carne y hueso el que escribe absolutamente todo.
Así que, cuando leas los artículos publicados en este blog, puedes estar seguro de que estás conociendo lo que piensa una persona y no el producto de un modelo de IA, además, si es que la uso para algo seré absolutamente transparente y explícito, como con las imágenes que están en este artículo.
Además, admito que otra razón importante es la noción que tengo del peligro que implica para la humanidad el hecho de que una máquina pueda utilizar el lenguaje mejor que una persona promedio, como explica Noah Yuval Harari —autor de “Homo Deus” y “Sapiens”— en este artículo de The Economist.
No quiero tampoco que me malinterpretes; no soy un ludita ni tampoco estoy en contra de la IA, de hecho tengo una maestría en Ciencia de Datos y trabajo como investigador en la Universidad de Nueva York (NYU), también desarrollé junto a un colega un modelo de Deep Learning para el cálculo automático de la carga parasitaria en el proceso de detección de Leishmaniasis (una enfermedad tropical) a través de imágenes de muestras de sangre.
Esto para decir que entiendo el gran beneficio que representan los avances en inteligencia artificial pero creo que es importante también hacer énfasis en la necesidad de discutirla, porque tiene grandes riesgos y traerá nuevos problemas sociales. A mi modo de ver es ahí donde radica la imperiosa necesidad de que hablemos más del tema porque cuando eso suceda podremos aprovechar mejor el potencial positivo de esta gran invención.
Coméntame, ¿qué piensas tú?
Muy buen artículo, también es necesario analizar los cambios jurídicos y los vacíos normativos que existes con respecto a la IA.
Excelente articulo, la IA ya esta en todo lo que hacemos, vemos, oimos etc.
Considero que tenemos que ser concientes de lo que esto puede generar en nuestra sociedad y priorizar el uso etico de esta herramienta, ademas de evitar que está, opaque nuestra creatividad e imaginacion.